Para iniciar los trabajos de restauración de obras de arte una obra, primero hay que analizar cuáles son las causas de su deterioro, observar minuciosamente las alteraciones que presenta y cómo se puede recuperar, en la medida de lo posible, el equilibrio y la armonía que antes poseía dicha obra de arte sin, desde luego, hacer una intervención que pueda echar a perder el significado que el artista plasmó en ella.
Tras esta evaluación inicial para realizar la conservación de pintura, la limpieza de los barnices oxidados es un momento delicado dentro del trabajo del restaurador de arte, pero necesario ya que el envejecimiento de dichos barnices no deja ver los colores y las formas representadas en el cuadro, por lo que conviene ser lo más minucioso posible en este aspecto y usar técnicas que, si bien nos permiten mejorar el aspecto del cuadro, no enturbian los colores bajo los barnices.
Por último, se lleva a cabo la reintegración cromática. Esta práctica de restauración de pintura consiste en aplicar color de forma diferenciada en aquellas lagunas o faltas de pintura original que se observen en la pieza. Para ello, se pueden realizar diversas técnicas de conservación de obras de arte como el punteggio, el rigattino o el trateggio, nombres que vienen del italiano, pues es Italia la cuna de la restauración y conservación de pinturas.
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En mi experiencia como licenciada en Bellas Artes he realizado pinturas decorativas para estancias. El color juega un papel fundamental en el ser humano. Desde un medio para la expresión como una vía para la contemplación y el gozo del alma. Es capaz de modificar los estados de ánimo y con ello vivir de una forma mejor y más bella.