Me gusta mucho disfrutar de la oferta cultural de Madrid, sobre todo en lo que se refiere a exposiciones de pintura. Recomiendo visitar la bellísima exposición de “Sorolla en París “en el Museo Sorolla situado en la calle General Martínez Campos 37.
El Museo es la que fue su casa que mandó construir al estilo de las antiguas casas sevillanas, con patio, fuente y jardines. Al entrar, parece como si estuviéramos en un pedacito del Alcázar de Sevilla, oímos el rumor del agua, la vegetación de las plantas y arbustos que se reflejan sobre el agua del estanque. Para Sorolla el contacto con la naturaleza era primordial.
La visita la realicé junto con mi amiga Maravillas Larios, pintora. En ella pudimos observar la técnica pictórica del maestro valenciano, Joaquín Sorolla y Bastida y conversar al respecto.
De Sorolla me gusta todo o casi todo. Cuando observamos su obra podemos ver la influencia de otro gran maestro de la pintura, Velázquez, aunque siempre creando un estilo personal con un lenguaje propio de su época.
Son destacables algunas obras que llamaron nuestra atención. Comenzamos, ya que es una de las primeras en visualizarse cuando el visitante se adentra en la sala, con “La preparación de la pasa en Jávea”. En esta obra podemos ver que las figuras están ejecutadas con una rapidez y soltura propia de otro genial pintor, Toulouse-Lautrec. Los trazos del pincel bosquejan figuras femeninas trabajando de forma rápida y concentrada en una habitación, al fondo se abre una ventana con una luz intensa. Sorprende el contraste de luces y sombras por su espectacular belleza así comola utilización acertada de colores primarios y complementarios, este conjunto hace que, para nuestra vista, esta obra sea una de las más atractivas.
Especial mención también, por su formato y ejecución, para “Cosiendo la vela”. Esta pintura representa en perspectiva un gran lienzo blanco, la vela, que está siendo remendada por mujeres y hombres bajo un juego de luces y sombras espectacular. Destaca su gran plasticidad y belleza. El visitante debe deparar en que el blanco no es blanco puro, tiene ocres, azules, tierras y algo de carmín. ¡Nunca he visto un paño blanco tan bello! Al fondo de la composición, en el horizonte que se asoma tras la puerta, se ve la playa de la Malvarrosa.
Sorolla ganó muchas medallas en las diferentes muestras de pinturas de los Salones de Otoño y demás certámenes dedicados a las Bellas Artes. Su fama alcanzó el espectro internacional, motivo por el cual llevó sus pinturas al otro lado del Atlántico, donde fue aclamado y reconocido por la Hispanic Society of América de Nueva York.
La trayectoria y repertorio pictórico de Sorolla, nos confirman que fue un gran pintor de paisajes pero también un gran retratista y, sobre todo, una buena persona. Esto último se vislumbra en la ternura con la que pinta a los niños, los ancianos y los personajes más humildes y desprotegidos.
En su obra, “Trata de blancas”, pinta a unas niñas que han sido, probablemente, vendidas para dedicarse a la prostitución. El visitante puede observar que están dormidas en un lúgubre vagón de tren, y, sin embargo, el pintor logra representarlas con toda su dignidad y con gran maestría, propia de Velázquez, que haría lo mismo representando a los bufones de la corte, aquellos seres grotescos que servían para hacer reír al monarca y alta nobleza.
Por si fuera poco, Joaquín Sorolla también retrató a reyes, aristócratas, médicos, escritores, artistas y, por supuesto, a su familia. El amor por su mujer Clotilde y sus tres hijos se manifiesta en los numerosos retratos y pinturas que hizo de ellos.
Dado que una de sus hijas, María, estaba enferma, pasaban largas temporadas en el Pardo por recomendación de los médicos. Por ello, en esta pintura “María pintando en el Pardo”, podemos ver a la niña durante sus actividades. La obra presenta pinceladas rápidas y sueltas. Destacan los contrastes entre amarillo y morado, es decir, el color primario y su complementario (la mezcla de los otros dos primarios, rojo y azul = morado) que hace que La Luz del sol se acentúe mucho más.
Para despedir este post, me gustaría enseñaros algunas fotografías de detalles de algunas de sus obras.
