Ana López de Haro

Restauradora de arte

Desde pequeña he sentido fascinación por todo tipo de obras de arte y curiosidad por las mismas, tanto por la creación como por los trabajos de restauración que hacen que perduren en el tiempo, fue ahí donde se forjó mi vocación de restaurador de arte. Por ello, toda esta inquietud me llevó a estudiar Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, donde me especialicé en Pintura y Restauración de Obras de Arte.

Más tarde, llegando al último año de mi licenciatura, tuve la oportunidad de cursar este en Roma, asistiendo a la Accademia di Belle Arti di Roma, fundada en el s.XVI, una de las más importantes Academias del arte del mundo, lo que supuso todo un privilegio en mi carrera.

Al finalizar los estudios de conservación y restauración de obras de arte me establecí en Sevilla aunque pronto me trasladé a Madrid donde me surgió la oportunidad de trabajar como restauradora de arte. Mi primer proyecto importante fue en el Museo del Prado y se trató de la restauración de las pinturas murales románicas de la Santa Cruz de Maderuelo. Este conjunto de pinturas murales, que datan del s.XII, proceden de la Ermita de la Vera Cruz De Maderuelo en Segovia. Fueron trasladadas en 1947 mediante la técnica del strappo y traspasadas a grandes paneles conservados en el Museo del Prado de manera fiel a la disposición original. En ellas se puede observar a los apóstoles, así como escenas evangélicas. Destacan, en toda la obra, las escenas de Adán y Eva en el Paraíso y la creación del hombre por Dios Padre. En la cubierta, podemos observar el Pantócrator en la almendra mística, representación de Jesús en majestad propia de la Edad Media, lo cual nos indica, de manera clara, la época a la que pertenecen dichas pinturas.

Este trabajo de restauración supuso, sin duda, un punto de inflexión en mi carrera ya que, a partir de este momento, sigo colaborando con el Museo del Prado restaurando obras de su colección y recibiendo, posteriormente, una beca Iberdrola de Formación e Investigación para el Gabinete de Documentación Técnica.

Gracias a esta beca pude ampliar mis conocimientos sobre el diagnóstico y análisis de una obra de arte mediante radiografía y reflectografía infrarroja de la mano de los mejores especialistas en la materia.

Esta beca, y los conocimientos adquiridos en ella, me permitieron, posteriormente, trabajar en el Laboratorio de Materiales del Museo del Prado, aprendiendo la importancia de las técnicas físicas y químicas en el estudio de la Historia y la Restauración de obras de arte.

Este tiempo de desarrollo práctico como restaurador de arte para una institución de esta envergadura, me permitió, después, embarcarme en proyectos apasionantes para otros museos, como el Thyssen-Bornemisza, así como para clientes particulares, labor que, aún hoy, sigo realizando sin perder un ápice de la pasión con la que empecé en el mundo de la restauración.

Cuando desempeño las tareas de restaurador de arte, aprecio cada obra de arte que acaba en mis manos y establezco unas normas de trabajo que respetan, no sólo a la pieza, sino también a las expectativas que el cliente tiene sobre mi trabajo de conservación de obras de arte. Por tanto, mis máximas son la seriedad, el rigor y la profesionalidad, buscando siempre la excelencia en cada paso que doy para restaurar una obra.

 

Si quieres saber más sobre el proceso que llevo a cabo en cada restauración de pintura, puedes consultar la sección de “Trabajos” de mi web. Allí podrás encontrar diferentes obras de reciente restauración, algunas tan importantes como el retrato del papa Inocencio X o una marina flamenca de Bonaventura Peeters titulada “Embarcando en una playa”. Esta pieza se trata de un óleo sobre lienzo de aproximadamente 58X102 cm y que, actualmente, se encuentra en la colección del Museo del Prado dentro de autores flamencos, una sección sin duda muy relevante de dicho museo.

Así mismo, uno de los trabajos más gratificantes, fue la restauración de la obra “La Virgen del Rosario protegiendo a la Orden Dominica”, no sólo por la complejidad del trabajo sino por permitirme la participación en una mesa Redonda, moderada por Carlos López Bravo, sobre la restauración de esta obra perteneciente a la parroquia de la Magdalena en Sevilla.

En dicha Mesa Redonda, pude comentar con los asistentes las acciones de restauración llevadas a cabo, ya que la obra llegó en muy mal estado de conservación, con mucha suciedad, polvo, barnices oxidados y repintes.

Así mismo, como complemento a mi trabajo como restaurador de arte, realizo acuarelas por encargo, donde plasmo toda mi personalidad tanto en las líneas y formas como en los colores utilizados.

Si quieres conocer alguno de los secretos que esconde mi trabajo de conservación de arte, así como novedades en cuanto a técnicas, trabajos y exposiciones, visita mi Blog.

 

¡Bienvenido!